Cuando era pequeño mi madre me decía que
no mirara al Sol. A los seis años lo hice. Al principio el resplandor era
intenso pero eso ya lo sabía. Continué mirando sin parpadear. Entonces el
resplandor empezó a desaparecer. Mis pupilas se contrajeron y lo vi todo con
claridad.
“π Fe en el Caos; Darren
Aronofsky, 1998.”
La
luz, es el fenómeno natural que más intriga al ser humano, así como la ausencia
de la misma; no existe doctrina, pensamiento, oficio, ciencia o conducta
humana, que no parta o tome como referencia esta.
El oficio de la fotografía es captar y dar
orden a los procesos físicos y químicos de la luz, el equilibrio estético y práctico
de nuestra cotidianidad, la búsqueda y encuentro de serendipias fugaces,
capturadas en una caja oscura, es la muestra clara que mesura luces y sombras,
entre los finos grises que hacen que unos y ceros sean codificados por el
sentido que más utiliza el ser humano, la visión.
El
fotógrafo se asimila como el cazador de fractales de vida en una realidad
difusa y apresurada; donde los espacios y momentos irrepetibles se pierden en espirales
que eventualmente se difuminarán en los diferentes discursos visuales que
proyectamos y recibimos. Por ello mi tarea hoy, ha sido dotar al espectador de
aquellos segmentos de existencia, que todos vemos pero que pocos observamos.
“Del Orden
del Caos”, es el intento
de exponer en imágenes lo que muchas veces parece un sinsentido, el orden que
simula estar quebrantado en nuestra vida cotidiana, o el caos que sigue finas
reglas de equilibrio; las dispersas texturas que guían nuestra marcha todos los
días, o las luces difusas que señalan nuestros destinos.
Payo.
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